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CONOCE MI HISTORIA...
Me llamo Adrián Lopes-Souza Cano. Tengo doble nacionalidad brasileña y española, pues mi papá es brasileño y mi mamá valenciana.
Mi mamá es administrativa y ha jugado al fútbol hasta los 18 años. Mi papá Igor Tavan es músico de jazz, educador y profesor de música.
Ellos, en colaboración de amigos y familiares, hacen muchos esfuerzos para que todos disfrutemos de esta aventura deportista que comparto con vosotros.
Hablando de compartir, mi papá y yo aportaremos nuestro granito de arena para motivar a otros niños como yo a perseguir sus sueños en general. Y lo haremos a través de reflexiones orientadas a niños futbolistas, aunque mi papá siempre me dice que todas las lecciones que aprendemos en los deportes se aplican a varios ámbitos de la vida y me servirán tanto si acabo dedicándome al fútbol como si no.
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"Rincón de la reflexión"
Mi aventura en el fútbol empezó como una actividad extraescolar más, junto a kárate y natación. Mis papás me cuentan que la pretensión con el fútbol no era otra que hacer deporte para quemar energía y así concentrarme mejor en el cole. Y funcionó, pues en el cole voy bien.
Pero mi papá y yo nos enamoramos de la rutina futbolística y entonces le pedí que ya no me llevase a kárate y natación, y nos dedicásemos sólo al fútbol, ya que en este deporte me sentía como pez en el agua.
Y de pronto, empecé a hacer cosas con la pelota y movimientos en el campo sin balón sin que nadie me los hubiera enseñado.
A partir de ahí mi papá me preguntó si quería desarrollar el talento que había mostrado y me explicó que, si decidía que sí, hacía falta algo más. En este sentido, me dijo que para desarrollar el talento deberíamos averiguar si yo disfrutaba y seguía pasándomelo bien al dedicar más tiempo a otros aspectos formativos. Teníamos que ver si me compensaba la relación esfuerzo-disfrute. Y pusimos manos a la obra para descubrir si me sentía en mi hábitat natural al dedicar un tiempo que iba más allá de los entrenamientos con el equipo y los partidos.
Éste es uno de los motivos por los que he entrenado o jugado con 8 equipos en menos de 1 año, por el que añadimos tecnificación a mi formación y por lo que siempre llevo el balón pegado en el pie a todas partes.
Sintiéndonos peces en el agua, dimos el salto del riachuelo al océano y hasta acabamos jugando en Brasil.
Y actualmente seguimos en este océano del fútbol, profundo y con numerosos retos. Cada día aprendiendo y disfrutando al máximo.
¡¡LARGA VIDA AL FÚTBOL!!